PRESENTE HIPERCONECTADO Y UBICUITARIO
En los últimos veinte años, las ciudades y las sociedades han mutado en su forma, relación y expresión, pasando a ser multicéntricas, multifacéticas, multiédricas, segmentadas y diversas, creando y modificando estilos de vida hasta el punto que hoy pueden cumplir funciones urbanas, agropecuarias, industriales, militares, institucionales, deportivas, recreativas y civilizatorias, dentro de un contexto integral, urbanizante, hiperconectado y ubicuitario.
De la crisis de los megaciudades de los ochenta, sobrepobladas, contaminantes, intransitables e interruptas, conservando aún elementos segregadores, emergen nuevos lugares sobre los lugares, con espacios comunes de interlocución y participación social, de dinámica comunicación e interacción organizacional, que inauguran nuevas lógicas de acción en si mismas y sobre todo, formas originales de decir y de dotar de sentido al territorio, anunciando y sugiriendo un nuevo marco de desarrollo de las ciudades articuladas, transitables e interoperables.
La Internet, la innovación tecnológica y el avance en las comunicaciones, paulatinamente acortan distancias, acercan servicios, dinamizan actividades, achican franjas, integran sociedades, disminuyen los tiempos y los movimientos, y lo mas importante alteran el espacio urbano que como efecto de las nuevas tecnologías, tiende a recrear su propia configuración territorial desterritorializada, replanteando las cercanías y pertenencias, los marcos territoriales locales, las fronteras y las medidas, contribuyendo a establecer criterios de delimitación y ordenamiento distintos.
La ciudad como espacio de acumulación e intercambio económico, base de la interacción y vinculación social, como instrumento de generación de riqueza y unidad próxima al ciudadano desde la administración pública, hoy está siendo transformada por las redes de comunicación, los espacios de acumulación de información y los movimientos virtuales de netactivismo.
El nuevo rol de la ciudad entramada y conurbada con las áreas rurales, la de formas contemporáneas, futuristas y hasta extemporáneas, así como sus expresiones de ciudadanía, tienden a ser redefinidas desde el ciberespacio (Wordl WideWeb). Si la ciudad es la memoria de la expresión física en la medida en que alberga el gobierno de la sociedad civil, el poder policial, militar, eclesiástico, económico, educativo, académico y cultural; el ciberespacio virtualmente representa una prolongación interconectada de la sociedad que amplía e intensifica las condiciones de reflexión y expresión del desarrollo global.
En ese orden, una de las principales transformaciones asociadas a la innovación tecnológica desde la informática y las comunicaciones, es que se modifica la distinción entre público y privado, personal y grupal, individual y colectivo, local y global, virtualizando y transformando las formas de participación e interacción ciudadana mediante la construcción de individuos, redes, comunidades e instituciones conectadas, mas selectivos a partir del manejo de ideas, datos, cifras, símbolos, imágenes, audio y video en la aldea mundial.
Siendo la información el cuarto poder (es el poder) entonces tal vez el ciberespacio, al transformar el espacio físico de la ciudad global en contenidos, y la realidad en virtualidad, se erige como el nuevo estadio en que a través del mensaje los individuos y los colectivos rivalizan.
Desde los contenidos, el ciberespacio semántico, la distancia semántica, y el diferencial semántico, se construyen principios ordenadores de la expresión de dialéctica y ciudad, representados a partir del número de nodos, redes e hiperenlaces entre archivos, documentos y símbolos, reflejando la complejidad del camino hipertextual que separa los sitios, el número de palabras compartidas por archivos, los temas de interés mutuos o la relación entre diversos sitios a partir de las respuestas de los motores de búsqueda de información.
La comunicación, en el ciberespacio y la nueva ciudad, se caracteriza por ser una red horizontal y en gran medida descentralizada, multidireccional, unidireccional, bidireccional, interoperable e interactiva. Lo sociológico de la comunicación, trasciende a un fenómeno económico, social y cultural, que tiene repercusiones sobre las personas y las sociedades y sobre la forma en que éstas se comunican, interrelacionan, producen, comercian, trabajan, se divierten y organizan. Se puede afirmar, inclusive, que repercute sobre la propia identidad de las personas y colectivos, puesto que modifica la forma en que se ven a sí mismos, operan y se evidencian en la red.
En la ciberciudad se construye una mayor proactividad de los individuos y colectivos, con nuevos liderazgos o agentes que cooptan y reclutan miembros o imparten entrenamiento, en armadas digitales reconocidas o anónimas orientadas al aumento generalizado de una ciberconciencia.
La ciudad cibernética, cuna de la inteligencia artificial, nanotecnología, de seguimiento en tiempo real y premonición hacen cada vez más diversas, sensibles y complejas las relaciones, los diálogos y el uso de las herramientas y armas tecnológicas.
La proximidad y capacidad creativa para acceder y participar en el uso de los instrumentos y labores de construcción de información, comunicación y acumulación de conocimiento, constituyen en teoría en este novedoso espectro el mayor bloque de instrumentos de poder en manos del ciber ciudadano, de los agentes democratizadores del acceso a la información y los gestores del conocimiento, al momento de conocer, fijar una posición, hacer una denuncia o al tomar decisiones en la nueva ciber ciudad base de la sociedad del bienestar.
¿Será esta revolución digital el camino hacia a la ciudad justa, Aristotélica, la ciudad racional de Platón, o es una simple parodia donde se reacomodan las cargas para que el continuismo persista?
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