ENSAYO Y ERROR
Un operador móvil virtual u OMV (en inglés, Mobile Virtual Network Operator o MVNO) es una compañía de comercialización minorista de telefonía móvil celular que no posee una concesión de espectro de frecuencia, y por tanto carece de una red propia de radio.
En la prestación del servicio, recurre a la cobertura e infraestructura de red de otra empresa (o empresas) con red propia (un Operador Móvil con Red, u OMR) con la(s) que previamente ha suscrito un acuerdo de reventa. Se caracterizan por una alta mortalidad y volatilidad empresarial.
Los OMVs existen como figura comercial en un gran número de países de Europa que disponen de una rigurosa normatividad, formalidad institucional y apego a la ley, destacándose el Reino Unido y los países escandinavos. Los más antiguos y la mayor cantidad operan en Canadá, Estados Unidos de América y Australia.
En Colombia la ley de telecomunicaciones, Ley 1341 de 2009, actualizó la legislación dándole cabida a las prácticas empresariales de los Operadores Móviles Virtuales, bajo los supuestos de fomentar, promover, desarrollar y dinamizar la industria.
Los OMV pueden así en el país proveer servicios de telecomunicaciones, concurriendo al mercado minorista a nombre y por cuenta propia, y generando una relación contractual con sus suscriptores, independientemente de que para ello adquiera insumos (elementos de red o tráfico al por mayor) en el mercado mayorista.
La modalidad de pago que escojan sea prepago o pospago, el servicio que preste y la infraestructura que disponga, implica una responsable de la continuidad y provisión de servicios de telecomunicaciones a terceros, acorde al Decreto 4948 de 2009, así como el cumplimiento de las normas sobre portabilidad numérica y topes del espectro.
El actual OMV en Colombia, Uff, es un cliente de un ORM, TIGO, en el mercado mayorista y un competidor suyo en el minorista y, en su calidad de proveedor, responde legalmente por el cumplimiento de todas las obligaciones legales, reglamentarias y regulatorias que en tal condición le son inherentes.
En teoría opera en lo que se denomina mercado de nicho, fraternidades cerradas o comunidades con necesidades compartidas, y en la práctica, está dirigido a clientes de un conglomerado comercial y corporativa, suscriptores de estratos medios y bajos, y usuarios atendidos bajo la figura de la reventa minorista. El negocio utiliza para el efecto bajos costos en creación de nuevos clientes y mínimos costos operativos y como intermediario revendedor, debe aumentan la rentabilidad del negocio vía precios o el empaquetamiento de destinos o productos.
Los desarrolladores del OMV, Uff, prevén ventajas asociadas a la operación móvil virtual en el sentido que extenderán la prestación de servicios móviles a segmentos de mercado atendidos en el pasado sin suficiente éxito o no atendidos individualmente.
Adicionalmente plantean que enriquecerán la cadena de valor, ampliando la oferta, y ejerciendo presiones competitivas que promoverían una mayor eficiencia. Lo anterior es de difícil factura en Colombia, donde existe una alta concentración en las ciudades capitales en un solo operador dominante sin intenciones de perder mercado o dejar de crecer.
Toda vez que la regulación no garantiza la supervivencia de Uff, como factor negativo además de la mortalidad empresarial, tendrá que lidiar con que ninguna empresa del sector de móviles y acceso a Internet desea competencia, que el modelo está basado en precios (canibalización de mercado), que sus expectativas de crecimiento pueden llegar a ser irreales, o presente deficiencia en los canales de distribución, inadecuada estimación de la inversión requerida y erradas política de mercadeo e investigación.
La reventa minorista de telefonía móvil, está muy arraigada en Colombia y con precios cada vez más a la baja y por canales inverosímiles. Desde la oferta mayorista existe una significativa segmentación del mercado minorista, atendido ya por parte de competidores y sus propios partner, y la concentración como eje exclusivo del negocio, la falta de diferenciación, el costo de fijar la marca, la sobreestimación de expectativas de la operación, el insuficiente valor agregado de Uff, la errada negociación de contratos con su ORM y finalmente los altos costo de adquisición de suscriptores al competir con los usuarios propios de la reventa minorista, no le harán fácil su estabilidad financiera.
La seguridad jurídica en telecomunicaciones cumple un rol vital en el desarrollo de los operadores móviles virtuales en Colombia y los demás esquemas comerciales. Sin embargo, el actual desarrollo de la legislación, vía la regulación tanto en los MVNOs o OMV y ORM no implica la sostenibilidad, eficiencia y trasparencia, máxime si no existe un régimen integral de comercialización que encauce honestamente la reventa desde la oferta mayorista hacia la demanda minorista.
En el Foro Internacional que la Comisión de Regulación de Comunicaciones – CRC, organizó sobre OPERADORES MOVILES VIRTUALES, en Bogotá D.C., el pasado 22 de Noviembre de 2010 se resaltó la importancia y el interés, de la entidad como asesora técnica, por crear espacios de discusión académica, que facilitan la interacción entre el estado, la academia, los usuarios y los representantes de las empresas y gremios del sector de las Tic, para plantear sus inquietudes y obtener información significativa para el desarrollo del sector en general.
Este papel de la entidad es cada vez más visible en un entorno que día a día expone claras manifestaciones de la convergencia en redes y servicios así como la evolución tecnológica, la que ha sido reconocida en el marco legal colombiano a través de la promulgación de la Ley 1341 de 2009, que otorga a la CRC, entre otras funciones, la promoción de la competencia por medio de una dinámica mayor en los mercados, en beneficio de los usuarios.
El resultado a la vista, lamentablemente es precario, ya que en el afán de cumplir con el interés de “dinamizar el mercado” las intervenciones de la CRC, los estudios regulatorios pertinentes sobre la materia y la mayoría de las resoluciones que ha expedido, demuestran el malestar que a nivel internacional perciben los tratadistas internacionales sobre el mercado nacional, contribuyendo de paso a consolidar la vocación de los usuarios colombianos como simples pagadores de facturas y consumidores de servicios improductivos, expuestos a la destruccion sistematica de valor y a la voracidad de los empresarios de servicios tecnológicos.
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