Las Nuevas Ciudadanías
En efecto es un soplo de aire fresco en este mar de desinformación de los medios de comunicación tradicionales, de las clásicas maneras de hacer política mediocre, populista y clientelista, y que abre la posibilidad a miles de seres anónimos de expresar opiniones, hacer análisis, proponer iniciativas, o simplemente disentir en un escenario global y realmente libre.
Si las medimos por éxitos, en Colombia las llamadas “Nuevas Ciudadanías” han tenido victorias que no son mínimas, han logrado movilizar miles de estudiantes frente a reformas educativas, han movilizado a masas de inconformes sobre temas de derechos de autor y acceso a la información frente a otras reformas legislativas, y, con mayor polémica, han logrado crear una suerte de ola que proclama la revocatoria del Alcalde Mayor de Bogotá.
Sea cual sea el objetivo, lo gratificante de estos movimientos es que son la respuesta a lo tradicional, pues de una manera moderna, tecnológica y organizada los “nuevos ciudadanos” han hecho de las redes sociales y los nuevos canales de información y comunicación sus herramientas.
Como en el pasado se lograba con las imprentas clandestinas, los pasquines y los periódicos y revistas de disenso, hoy Twitter, Facebook, los Blogs y portales en manos de ciudadanos inquietos y con nuevas necesidades y objetivos han logrado incluso organizar verdaderas revoluciones y movilizaciones sociales como lo fue la Primavera Árabe.
Esperemos que las Nuevas Ciudadanías se sigan ejerciendo por esta vía, sean la respuesta a los excesos y desmanes de los demás actores sociales y, sobretodo, sean el mecanismo pacífico de expresar un voz de apoyo o protesta, de crear una movilización organizada y articulada, pero sobre todo que se conviertan en el verdadero “cuarto poder”, uno que lucha contra los medios de comunicación cooptados por el Estado, contra los políticos corruptos de antaño, y contra las injusticias sociales e inequidades que abundan en nuestro país.
@andresbarretog
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