INTERNET NO SIRVE PARA NADA
Revista Enter.Co - Colombia
Por Aldemar Marin Julio 4 de 2011 @ 11:30 am
Resumen de esta serie: Contrario a la creencia general de que Internet cambiará nuestras vidas, que democratizará el conocimiento, que acercará las oportunidades a todos sin importar su raza, credo o condición social, que ofrecerá herramientas de innovación en cada rincón del planeta, que ayudará a reducir la brecha entre ricos y pobres, lo que está sucediendo es totalmente lo contrario. Lo que Internet está acercando a cada rincón del planeta es un sartal de insignificancias, una volquetada de bagatelas, toneladas de chismes, ridiculeces entrelazadas que a nadie afectan (o por lo menos, que a nadie debería afectar). Y seguramente sí esté reduciendo la brecha entre ricos y pobres, pero por lo bajo: nivelando el conocimiento a lo más superficial, a lo más inútil, a lo irrelevante, a lo intrascendente para nuestras vidas.
Hasta la ONU dice que el acceso a Internet es un derecho fundamental. ¿Estarán todos exagerando? .
Por una de esas casualidades del caos, de la vida, del destino, llegué a una gráfica estadística en la que se mostraba el creciente y repentino aumento en el interés de la humanidad, y principalmente de aquella particular humanidad habitante de Twitter, en ‘la paz mundial’. Me dije: “caramba, me callaron la jeta”, me había equivocado (afortunadamente para bien del planeta). Siempre había pensado que Twitter e Internet en general están sobrevalorados en sus virtudes de democratización de la información y generación de fuerzas revolucionarias para cambiar lo que queremos cambiar. Pero ahora parecía que la paz mundial era más importante que Britney Spears, eso ya era un avance.
Lamentablemente me volví a equivocar (esta vez para mal). En efecto Twitter sí es un cúmulo de trivialidades que incentiva lo superficial sobre lo trascendental.
Por un instante, en Twitter fue más importante la paz mundial que Britney Spears.
Resulta que el término ‘World Peace’ había logrado semejante tendencia creciente, no porque Lady Gaga (@ladygaga, Top #1 en Twitter con 11’398,275 seguidores) haya iniciado una cruzada por el desarme de las ojivas nucleares. Ni porque Justin Bieber (@justinbieber, Top #2 en Twitter con 10’794,189) abandere una campaña para promover la reducción de la pobreza global. Por el contrario, este fenómeno sucedió porque el señor Ron Artest (@ronartestcom en Twitter con 816 seguidores), basquetbolista de Los Ángeles Lakers, decidió cambiar su nombre a Metta World Peace. Bien por él, si eso es lo que lo hace feliz, pero el hecho de que ese incidente se convierta en semejante tendencia en Twitter, que es para algunos algo así como la conciencia del planeta, habla muy mal de nuestra conciencia.
Es cierto que existimos bajo un régimen que nos permite gozar de libertad de expresión. Es cierto también que si no queremos ver lo que alguien escribe en Twitter, pues no lo seguimos y ya. Es cierto que podemos decir lo que se nos dé la gana. Y también es cierto que hay millones de opciones en la Web y fuera de esta para leer/ver/escuchar lo que nos plazca.
Y seguramente por eso este artículo no tiene sentido. Pero irónicamente, por esos mismos argumentos este artículo tiene, por lo menos, algo de sentido.
Contrario a la creencia general de que Internet cambiará nuestras vidas, que democratizará el conocimiento, que acercará las oportunidades a todos sin importar su raza, credo o condición social, que ofrecerá herramientas de innovación en cada rincón del planeta, que ayudará a reducir la brecha entre ricos y pobres, lo que está sucediendo es totalmente lo contrario. Lo que Internet está acercando a cada rincón del planeta es un sartal de insignificancias, una volquetada de bagatelas, toneladas de chismes, ridiculeces entrelazadas que a nadie afectan (o por lo menos, que a nadie debería afectar). Y seguramente sí esté reduciendo la brecha entre ricos y pobres, pero por lo bajo: nivelando el conocimiento a lo más superficial, a lo más inútil, a lo irrelevante, a lo intrascendente para nuestras vidas.
Siempre pensé que la culpa de la mala calidad del contenido era directamente de los medios de comunicación, y que ahora al llegar medios democráticos como Twitter, Blogger, Facebook o Wikipedia, podríamos demostrarle al mundo que no somos una catajarria de holgazanes mentales y que nos merecemos contenido de calidad que nos obligue a pensar, que nos ayude a reflexionar, que no nos trate como idiotas ofreciéndonos historias superficiales, sesgadas, chismes, pornomiseria, apologías al sufrimiento y al delito, lágrimas light acompañadas de diálogos cliché y actuaciones ridículas, sensacionalismo, parcialidad, Manuel Teodoro y mucho que comprar.
Sin embargo, me equivoqué. Lo que queremos tanto en televisión como en Internet, es a la Negra Candela –la reina del chisme en Colombia, y que tendrá sus equivalentes en cada país de Latinoamérica– contándonos detalles sórdidos de cómo el figurón de turno cambia nuevamente de amantazgo; o a los presentadores del programa Sweet (el dulce sabor del chisme) despellejando prenda por prenda la forma de vestir del ídolo de la temporada; o a cualquier ex participante de reality show despotricando del prójimo, un prójimo insignificante, irrelevante, intrascendente, nadie.
Para demostrar que Internet no sirve para nada, viene una seguidilla de artículos con el análisis de las tendencias temáticas de algunos de los sitios más visitados de la red.
Por lo pronto, comparta sus opiniones en los comentarios. ¿Cree que estoy exagerando? ¿O comparte plenamente mi visión? ¿Cree que todavía podemos hacer algo para que Internet sí valga la pena?
Continuará…
[ Google no sirve para nada ] [ Facebook no sirve para nada ] [ YouTube no sirve para nada ] [ Wikipedia no sirve para nada ] [ Twitter no sirve para nada ]
Notas relacionadas:
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- ¿Llegarán los computadores a ser más inteligentes que el hombre?
- Morir digitalmente: toda una experiencia.
- “El acceso a la Web es un derecho humano”, dice su creador.
TOMADO DE: http://www.enter.co/internet/internet-no-sirve-para-nada/
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Alfonso Palacios -